martes, 20 de diciembre de 2011

Rebelión en la granja

Escuchamos o leemos, en reiteradas ocasiones, acerca de la obra Rebelión en la Granja; el término orwelliano, que deriva del nombre del autor, es muy utilizado. He aquí un modesto resumen de la obra y del escritor que la concibió. Dibuja, magistralmente, los peligros derivados del poder; sus excesos cuando no se le pone límites.

     Eric Arthur Blair, autor de "Rebelión en la Granja", utilizó en sus obras el seudónimo de George Orwell. Nació en Motihari (India) el 25 de junio de 1903 y murió el 21 de enero de 1950 en Londres. Luchó contra el imperialismo británico, los totalitarismos nazi y estalinista y a favor de la justicia social. En su última obra: 1984, crea el concepto de Gran Hermano como uno de los métodos actuales de vigilancia.

     Para entender “Rebelión en la Granja” es necesario  ubicarnos en el contexto del mapa político de la época en la que fue escrito.

    En Alemania el poder se concentraba en Hitler; Churchill representaba, desde Inglaterra, a un grupo de países; Stalin, un gobernante sanguinario, estaba a la cabeza de la Unión Soviética, como sucesor de Lenin y continuador de la revolución bolchevique.

     Orwell utiliza a los animales para representar conductas humanas: los borregos no piensan, los perros son crueles, los caballos, trabajadores.

     Esta novela es una sátira que ubica en la escena de una granja a un conjunto de animales que, cansados del trato de los humanos, los desalojan y constituyen un gobierno propio que, con el correr de los días se transforma en una dictadura feroz.

     Pretende y logra ser una ironía acerca de la corrupción que imperó en la Rusia socialista de los tiempos donde gobernó Stalin.

     Es una obra profunda en la que, de manera natural, se analiza la corrupción que genera el poder.

     La  idea central data de 1937, pero su redacción recién finalizó en los últimos meses de 1943. El libro fue editado por primera vez en agosto de 1945, después de haber sido rechazado el original por cuatro editores el año anterior. El prólogo fue descubierto en un manuscrito en 1971.

     En su prólogo “La Libertad de Prensa”, el escritor defiende el derecho a la libertad de expresión: “Supongo que cada cual tiene derecho a exponer su propia opinión”. Cita a Voltaire al transcribir su pensamiento: "Detesto lo que dices, pero defendería hasta la muerte tu derecho a decirlo”.

     Esta alegoría se inicia con una reunión en la cual los animales analizan la situación de maltrato en la que viven por culpa de los hombres a quienes, por votación, declaran que son sus enemigos. “Todo lo que camine sobre dos pies es un enemigo. Lo que ande en cuatro patas, o tenga alas, es un amigo”.

     El siguiente paso, después de desalojar al granjero, es instruirse y titular al lugar como “Granja de los Animales”. El  movimiento posterior es la redacción de los “7 Mandamientos”, una especie de constitución en la que están señaladas las reglas que los regirán. “Snowball tomó un pincel entre los dos nudillos de su pata delantera, tachó 'Granja Manor' y en su lugar pintó 'Granja Animal'. Esos siete Mandamientos serían inscritos en la pared; formarían una ley inalterable por la cual deberían regirse en adelante todos los animales de la 'Granja Animal”.

     Al principio las cosas van bien; todos son felices; se sienten libres y ricos. Aparece el liderazgo de los cerdos que controlan todo y que, poco a poco, caen en el abuso del poder: lo mejor es para ellos y siempre tienen una excusa que los justifica. “-Camaradas- gritó-, imagino que no supondréis que nosotros los cerdos estamos haciendo esto con un espíritu de egoísmo y de privilegio. Nuestro único objeto al comer estos alimentos es preservar nuestra salud. Nosotros, los cerdos, trabajamos con el cerebro".

     Logran resistir el ataque del granjero, quien busca recuperar la granja. Se reparten medallas a quienes lideraron la defensa. “Los animales decidieron, unánimemente, crear una condecoración: 'Héroe Animal, de Primer Grado', también se creó el de 'Héroe Animal, de Segundo Grado".

     Pero las cosas empeoran ya que el descontento es cada vez mayor. Hay animales que huyen, otros que discuten, se roban las ideas, utilizan a los perros como guardias a favor de los líderes. Poco a poco uno de ellos se convierte en dictador. “Toda la Granja estaba muy dividida en el asunto del molino de viento. Los animales se agruparon en dos facciones bajo los lemas: 'Vote por Snowball y la semana de tres días' y 'Vote por Napoleón y el pesebre lleno'. “Napoleón, con los canes tras él, anunció que desde ese momento se habían terminado las reuniones de los domingos por la mañana. En el futuro todas las cuestiones relacionadas con el gobierno de la granja serían resueltas por una comisión especial de cerdos, presidida por él”.

     Llega la etapa de echar culpas por aquello que no sale bien. Los humanos odian a la granja, pero se valen de ella y los cerdos comienzan a comportarse como humanos en contradicción con los “7 Mandamientos” que ellos mismos habían redactado y que van modificando de acuerdo con sus conveniencias. "Ningún animal dormirá en una cama con sábanas".

     Todo empeora; hace frío; la comida no alcanza; el líder aumenta su poder y su abuso; se profundizan las prohibiciones; se inventan traidores para desviar la atención hacia quienes son los verdaderos responsables de la situación. Los perros son enviados para matarlos. “Antaño hubo muchas veces escenas de matanza igualmente terribles, pero a todos les parecía mucho peor la de ahora por haber sucedido entre ellos mismos”.

     Cuantas más dificultades hay, mayor es la dictadura. Los cerdos comienzan a beber alcohol que solicitan a los humanos. “Los animales se alarmaron al oír que tres gallinas confesaron haber tramado un complot para asesinar a Napoleón. Fueron ejecutadas inmediatamente y se tomaron nuevas precauciones para la seguridad del Líder. Los cerdos hallaron una caja de whisky en el sótano de la casa. Ahora el mandamiento indicaba 'Ningún animal beberá alcohol  en exceso".

     Aquellos que se enferman por agotamiento se los sacrifica, aunque a los demás se les dice que son enviados a curarlos. “Algunos animales notaron que el furgón que trasladó a Boxer llevaba la inscripción: 'Matarife de caballos', y sacaron precipitadamente la conclusión de que ése era en realidad el destino de Boxer”.

     Transcurre el tiempo; los animales se renuevan; el poder usa un látigo para controlar y ordenarlos. Ya nadie recuerda los “7 Mandamientos”; sólo queda uno, pero modificado: “Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros”. Humanos y  cerdos beben juntos; nada distingue a éstos de aquellos ya que los segundos se sienten superiores al resto de los animales.

     En definitiva, esta alegoría da cuenta de que está demás bregar por las ideas revolucionarias y de igualdad si no se pone límites al poder, ya que, constantemente acecha la corrupción y transforma en dictador a quien lo detenta.


Mary Pieroni
E-mail: marypieroni@hotmail.com

Imágenes:
1) Globedia.com
2) Rincóndelvago.com



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