sábado, 21 de abril de 2012

Los leí y me sirvieron

Yo te avisé. Lo que los políticos hacen y nosotros no queremos ver, de Romina Manguel.


¿Por qué gran parte de los argentinos nos mostramos sorprendidos -o incluso indignados o defraudados- con los presidentes que hemos llevado al gobierno con nuestro voto a poco de que empiezan a ejercer su cargo? se pregunta la autora. Y sigue diciendo:  "la 'sorpresa' sería comprensible si alguno de ellos hubiese sido un recién llegado a la política…”

     Jorge Fernando Díaz, en su prólogo, señala: “Romina Manguel pone, con este libro periodístico, el dedo en la llaga. El título lo dice todo”.

     Lo leí y fui repasando lo hecho por Menem, De la Rúa, Kirchner, Fernández de Kirchner, además de Scioli y Macri, Cobos, entre otros y tiene razón Romina Manguel: estábamos avisados.

     ¿Alguna vez reaccionaremos?

     Recomiendo leerlo.

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Bienvenido dolor, una invitación a desarrollar la voluntad de ser feliz, de Pilar Sordo.

La autora dice: “La llegada del dolor es inevitable, pero la elección por el sufrimiento depende enteramente de nosotros”.

     La psicóloga chilena nos invita, en este libro, a conocer, mirar, tocar y hacernos amigo del dolor con herramientas que nos ayudarán a ser felices, a caminar sanamente por los duelos.

     Nos habla de las cuatro etapas del duelo: el shock, la rabia, la pena y la reconciliación con el duelo.

     ¿Es que alguno está  libre del dolor?

     Exhorto a leerlo.

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La audacia y el cálculo - Kirchner 2003-2010, de Beatriz Sarlo.

“Despótico, decidido, autoritario, valiente, rápido, ambicioso, sectario, inteligente, hipócrita…” algunos adjetivos con los que la autora define al difunto ex presidente.

     Explica de qué manera Kirchner construyó poder -la multiplicación de la fortuna personal como garantía de que, incluso perdiendo elecciones, siempre estaría armado para volver- ganó porciones del PJ e inspiró un raro misticismo en los progresistas. Gran calculador y sin embargo audaz, peleó todas las batallas e ignoró el retroceso.

     Es denso, pero profundo. Aún lo estoy leyendo.


Mary Pieroni
E-mail: marypieroni@hotmail.com



jueves, 12 de abril de 2012

Dónde estaba cuando ocurrió?

¿Dónde estaba cuando ocurrió? ¿Cómo y cuándo me lo perdí?

     Porque recuerdo que la palabra valía y cuando decíamos: “te veo a las 10” no eran las 11, ni las 12. Porque cuándo enviabas una carta lo lógico era que te respondieran.

     Que cuando tenías un talento, un don, lo ofrecías generosamente, aunque sea de manera ocasional, como un servicio al prójimo.

     Antes era la sumisión total… Ahora es la rebeldía desenfrenada. ¿Cuándo saltamos de un extremo a otro  como si no existiera el punto medio, el del equilibrio?

     Para los festejos recibías una invitación y te sentías favorecida porque te tenían en cuenta y era “invitación con todo incluido”; nadie se imaginaba que los invitados pagaran el festejo.

     Semana Santa era eso: “santa”… silencio exterior e interior para reflexionar solo y en familia. ¡Baile un viernes santo, impensado!

     Tu amigo era alguien en quien confiabas y aunque lo que abunda no daña, lo que es amigo, amigo, casi es imposible tener muchos; el resto son conocidos, porque la confianza la depositabas y la seguís depositando, casi seguro, en uno solo.

     Papá trabajaba; mamá atendía la casa y educaba a los niños: La vida era tan dura como ahora, pero las necesidades materiales eran menores porque antes se vivía con menos cosas. Pilar Sordo, en su libro “Bienvenido dolor”, expresa: “Mi abuelita que tiene 95 años me planteó su preocupación por la generación de las personas de cuarenta años y menos porque, según ella, nuestra generación tiene todo lo que ella cuando era joven hubiera querido tener para hacerse la vida más fácil; con esto se refería a un hervidor de agua eléctrico como a un remedio para el cáncer. La pregunta que ella se hacía era por qué teniendo todos esos elementos que aparentemente “llegaron para solucionarnos la vida”, ella veía a más gente riendo a carcajadas entre la gente de su generación que en la nuestra”.

     Otra cosa que Sordo enuncia es que “descubro con asombro, sorpresa y curiosidad, que existe un fenómeno social que por determinada razón, en algunos países nos hace valorar, respetar y considerar a la gente de mal genio como madura, confiable, creíble, sólida y respetable. Esas personas con el ceño fruncido, sin ninguna sonrisa y víctima de bruxismo (mandíbula apretada), extrañamente son consideradas como posibles referentes intelectuales, sociales y afectivos en ciertos países. El otro, en cambio, el que tiene una actitud cariñosa y positiva y una cara distendida, afable y sonriente, independiente de los problemas que pueda estar viviendo; esa persona que motiva a los demás, que siempre les dice que todo será mejor, que sube el ánimo a cualquiera y que es cordial con todos los que encuentra en el día, necesitaría terapia y algún tipo de asistencia psicológica. A este ser, la mayoría de las veces se le considera inmaduro, livianito y con poco contenido intelectual; todo el mundo lo regaña pidiéndole encarecidamente que madure, ya que la vida no es una fiesta y se espera de él o de ella, que en algún momento siente cabeza”.

     Reímos menos, y un arma invalorable para la vida, “la carcajada” o la risa que tienta, desaparecieron, privándonos de herramientas a favor de la salud, magníficas.

     Indudablemente me perdí el cambio; espero que no haya sido por mirar para otro lado.

     ¿Será que los años no vienen solos e imito lo que me irrita: el rezongo?

     Siempre todo cambia. Bendito sea si es para ser un poco más felices. Pero, ¿lo somos? Evidentemente que todo es distinto. Pero ¿mejor?

     Propongo la esperanza porque es una luz con la que llegamos al mundo y es necesario cuidar. La levanto como una bandera y la mantengo firme mientras sonrío aunque acechen las arrugas… porque sonreír siempre es gratificante para el otro y para uno.


Mary Pieroni
E-mail: marypieroni@hotmail.com


martes, 20 de diciembre de 2011

Rebelión en la granja

Escuchamos o leemos, en reiteradas ocasiones, acerca de la obra Rebelión en la Granja; el término orwelliano, que deriva del nombre del autor, es muy utilizado. He aquí un modesto resumen de la obra y del escritor que la concibió. Dibuja, magistralmente, los peligros derivados del poder; sus excesos cuando no se le pone límites.

     Eric Arthur Blair, autor de "Rebelión en la Granja", utilizó en sus obras el seudónimo de George Orwell. Nació en Motihari (India) el 25 de junio de 1903 y murió el 21 de enero de 1950 en Londres. Luchó contra el imperialismo británico, los totalitarismos nazi y estalinista y a favor de la justicia social. En su última obra: 1984, crea el concepto de Gran Hermano como uno de los métodos actuales de vigilancia.

     Para entender “Rebelión en la Granja” es necesario  ubicarnos en el contexto del mapa político de la época en la que fue escrito.

    En Alemania el poder se concentraba en Hitler; Churchill representaba, desde Inglaterra, a un grupo de países; Stalin, un gobernante sanguinario, estaba a la cabeza de la Unión Soviética, como sucesor de Lenin y continuador de la revolución bolchevique.

     Orwell utiliza a los animales para representar conductas humanas: los borregos no piensan, los perros son crueles, los caballos, trabajadores.

     Esta novela es una sátira que ubica en la escena de una granja a un conjunto de animales que, cansados del trato de los humanos, los desalojan y constituyen un gobierno propio que, con el correr de los días se transforma en una dictadura feroz.

     Pretende y logra ser una ironía acerca de la corrupción que imperó en la Rusia socialista de los tiempos donde gobernó Stalin.

     Es una obra profunda en la que, de manera natural, se analiza la corrupción que genera el poder.

     La  idea central data de 1937, pero su redacción recién finalizó en los últimos meses de 1943. El libro fue editado por primera vez en agosto de 1945, después de haber sido rechazado el original por cuatro editores el año anterior. El prólogo fue descubierto en un manuscrito en 1971.

     En su prólogo “La Libertad de Prensa”, el escritor defiende el derecho a la libertad de expresión: “Supongo que cada cual tiene derecho a exponer su propia opinión”. Cita a Voltaire al transcribir su pensamiento: "Detesto lo que dices, pero defendería hasta la muerte tu derecho a decirlo”.

     Esta alegoría se inicia con una reunión en la cual los animales analizan la situación de maltrato en la que viven por culpa de los hombres a quienes, por votación, declaran que son sus enemigos. “Todo lo que camine sobre dos pies es un enemigo. Lo que ande en cuatro patas, o tenga alas, es un amigo”.

     El siguiente paso, después de desalojar al granjero, es instruirse y titular al lugar como “Granja de los Animales”. El  movimiento posterior es la redacción de los “7 Mandamientos”, una especie de constitución en la que están señaladas las reglas que los regirán. “Snowball tomó un pincel entre los dos nudillos de su pata delantera, tachó 'Granja Manor' y en su lugar pintó 'Granja Animal'. Esos siete Mandamientos serían inscritos en la pared; formarían una ley inalterable por la cual deberían regirse en adelante todos los animales de la 'Granja Animal”.

     Al principio las cosas van bien; todos son felices; se sienten libres y ricos. Aparece el liderazgo de los cerdos que controlan todo y que, poco a poco, caen en el abuso del poder: lo mejor es para ellos y siempre tienen una excusa que los justifica. “-Camaradas- gritó-, imagino que no supondréis que nosotros los cerdos estamos haciendo esto con un espíritu de egoísmo y de privilegio. Nuestro único objeto al comer estos alimentos es preservar nuestra salud. Nosotros, los cerdos, trabajamos con el cerebro".

     Logran resistir el ataque del granjero, quien busca recuperar la granja. Se reparten medallas a quienes lideraron la defensa. “Los animales decidieron, unánimemente, crear una condecoración: 'Héroe Animal, de Primer Grado', también se creó el de 'Héroe Animal, de Segundo Grado".

     Pero las cosas empeoran ya que el descontento es cada vez mayor. Hay animales que huyen, otros que discuten, se roban las ideas, utilizan a los perros como guardias a favor de los líderes. Poco a poco uno de ellos se convierte en dictador. “Toda la Granja estaba muy dividida en el asunto del molino de viento. Los animales se agruparon en dos facciones bajo los lemas: 'Vote por Snowball y la semana de tres días' y 'Vote por Napoleón y el pesebre lleno'. “Napoleón, con los canes tras él, anunció que desde ese momento se habían terminado las reuniones de los domingos por la mañana. En el futuro todas las cuestiones relacionadas con el gobierno de la granja serían resueltas por una comisión especial de cerdos, presidida por él”.

     Llega la etapa de echar culpas por aquello que no sale bien. Los humanos odian a la granja, pero se valen de ella y los cerdos comienzan a comportarse como humanos en contradicción con los “7 Mandamientos” que ellos mismos habían redactado y que van modificando de acuerdo con sus conveniencias. "Ningún animal dormirá en una cama con sábanas".

     Todo empeora; hace frío; la comida no alcanza; el líder aumenta su poder y su abuso; se profundizan las prohibiciones; se inventan traidores para desviar la atención hacia quienes son los verdaderos responsables de la situación. Los perros son enviados para matarlos. “Antaño hubo muchas veces escenas de matanza igualmente terribles, pero a todos les parecía mucho peor la de ahora por haber sucedido entre ellos mismos”.

     Cuantas más dificultades hay, mayor es la dictadura. Los cerdos comienzan a beber alcohol que solicitan a los humanos. “Los animales se alarmaron al oír que tres gallinas confesaron haber tramado un complot para asesinar a Napoleón. Fueron ejecutadas inmediatamente y se tomaron nuevas precauciones para la seguridad del Líder. Los cerdos hallaron una caja de whisky en el sótano de la casa. Ahora el mandamiento indicaba 'Ningún animal beberá alcohol  en exceso".

     Aquellos que se enferman por agotamiento se los sacrifica, aunque a los demás se les dice que son enviados a curarlos. “Algunos animales notaron que el furgón que trasladó a Boxer llevaba la inscripción: 'Matarife de caballos', y sacaron precipitadamente la conclusión de que ése era en realidad el destino de Boxer”.

     Transcurre el tiempo; los animales se renuevan; el poder usa un látigo para controlar y ordenarlos. Ya nadie recuerda los “7 Mandamientos”; sólo queda uno, pero modificado: “Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros”. Humanos y  cerdos beben juntos; nada distingue a éstos de aquellos ya que los segundos se sienten superiores al resto de los animales.

     En definitiva, esta alegoría da cuenta de que está demás bregar por las ideas revolucionarias y de igualdad si no se pone límites al poder, ya que, constantemente acecha la corrupción y transforma en dictador a quien lo detenta.


Mary Pieroni
E-mail: marypieroni@hotmail.com

Imágenes:
1) Globedia.com
2) Rincóndelvago.com



sábado, 17 de diciembre de 2011

Patrimonio del norte cordobés (3ra. parte)

3) Recorramos el Camino Real


Por el Camino Real transitaron las tropas españolas que representaron a la Corona Española bajo el mando del fundador de Córdoba, Don Jerónimo Luis de Cabrera. Bajaron desde Lima pasando por Santiago del Estero, Oratorio, Sumampa, Río Seco, Tulumba, Totoral, Jesús María y Córdoba, según lo describe el Mapa Etnográfico del Gran Chaco en 1735 (Lozano) y originario de la Universidad del Nordeste.

     Según ese mapa ese fue el recorrido del fundador de Córdoba en 1573 y que luego hubo de recorrerlo de vuelta, pero en condición de preso, cuando Abreu lo lleva a Santiago del Estero en 1574 para morir bajo el garrote de su carcelero atado a los pies de su cama.

     Se conoce con otros nombres al Camino Real: Carril Maestro, Camino de la Historia. Mide, desde Lima a Jujuy: 508 leguas; de La Caldera (Salta): 579; Hornillos (Tucumán), Giménez (Santiago del Estero): 703 leguas, y llega a Las Piedritas (Córdoba): 783 leguas.

     Comenzamos el recorrido en Sinsacate o Guanusacate (hoy Jesús María). Hacia el sur se llegaba a  Ministalalo (cerca de Río Ceballos) y desde ahí se arribaba a la ciudad de Córdoba.

     La Posta de Sinsacate es la más conocida de todas las postas del norte cordobés, ya que ha sido restaurada y declarada monumento histórico nacional en el año 1941. Continuando el Camino Real hacia el norte se encuentra el paraje de Barranca Yaco, de triste fama por ser el lugar donde sufriera la emboscada y asesinato el general Facundo Quiroga y su comitiva el 16 de febrero de 1835. Este lugar ha sido debidamente señalizado; ahí se ha erigido un monolito recordatorio del desgraciado suceso.

     En Barranca Yaco esperaba la partida de Santos Pérez; lo hacía  inquieta y temerosa por el hombre que aguardaba, que aunque casi sin escolta por su valentía, ponía espanto a los conjurados. Facundo regresaba de Santiago del Estero comisionado por Rosas para dirimir la disputa de los gobernadores de Salta y Tucumán. Venía Quiroga acompañado por su secretario, el doctor José Santos Ortiz, un negro asistente, dos correos, un postillón y un niño. En Barranca Yaco se detuvo la galera de Quiroga y los hombres de Santos Pérez le obstruyeron el paso. Quiroga, asomado por la ventanilla preguntó "¿Qué significa esto?", recibiendo por respuesta un balazo que le quitó la vida. Su comitiva fue igualmente sacrificada. El hecho ocurrió el 16 de febrero de 1835.

     "Ramón J. Cárcano afirma que el principal responsable sería Estanislao López. Respecto a los Reynafé no queda duda que ordenaron el hecho, sea que procedían por iniciativa propia o por sugestión de otro".

     De Barranca Yaco se continúa por camino de tierra a la Posta Los Talas. Con la llegada del ferrocarril en 1873 se fundó allí la actual localidad de Sarmiento. Como testimonio del antiguo casco de la estancia quedan allí sus ruinas, a pocas cuadras del centro de la población, hacia el oeste, sobre la ruta que sale en dirección al empalme con la ruta Nº 60 que la cruza y sigue por camino de tierra en dirección a la próxima Posta de Macha. De Los Talas partía el camino hacia Catamarca.

     A unos quince (15) kilómetros se encuentra al costado izquierdo de la ruta, a pocos metros, la Posta El Divisadero. De ella se conservan viejos muros de las primitivas edificaciones, como también un gran árbol de algarrobo que -según los lugareños-, servía de sombra y descanso a los viajeros. Unos kilómetros más adelante, sobre el mismo costado de la ruta 60 se encuentra la pequeña Posta Los Pozos.

     A doce (12) kilómetros al noreste, sobre la actual ruta Nº 9, se encuentra la histórica Villa del Totoral (Cavisacate). Allí se erigió a fines del siglo XVI, la Gran Estancia del Totoral, que en alguna medida fue una de las primeras postas o tambo en el primitivo camino que recorrieron los fundadores de Córdoba. En 1776 y en 1840 tuvo la estancia del Totoral el carácter de posta. Las antiguas instalaciones de la estancia llamada Totoral Grande hace pocos años fueron demolidas impiadosamente, conservándose como una reliquia una parte de la heredad, donde fuera el obraje, y que es conocida como la casa de la "Canchona" ubicada al pie del cerro Totoral.

     Hacia el norte se encontraba la  importante Posta de Macha cuyos orígenes datan del año 1809. Macha fue lugar de paso, posta colonial de remanso y más tarde estación de ferrocarril. Ubicada sobre un ramal del ferrocarril que hacía de nexo entre la línea Córdoba - Deán Funes y Córdoba - Sumampa; permitía unir las provincias del noroeste con las del litoral argentino. Clausurado el ramal ferroviario, hoy Macha permanece apartada de las vías de desarrollo. Su nombre proviene de una tribu sanavirona y fue asiento de una posta ubicada aproximadamente a cuatro (4) kilómetros del antiguo poblado, paso obligado del Camino Real. De la posta queda su historia que cobró fama internacional a raíz del asesinato de Facundo Quiroga en Barranca Yaco, ya que don Marcelo Marques, su propietario, se vio involucrado en el hecho y fue ajusticiado en Buenos Aires, junto a los Reinafé en 1835.

     Macha conserva valiosas construcciones, entre ellas la estación del ferrocarril y dos puentes: el carretero y el ferroviario. Poseen arcos de piedra y ladrillos, típica factura de fines del siglo XIX y principios del XX.

     Unos kilómetros más adelante está el Ojo de Agua cordobés. Es aquí donde Quiroga descansó su última noche, recorrió unos veinte (20) kilómetros y llegó a su destino final. Aún están sus cimientos erosionados de esta vieja posta a la vera del arroyo que por allí cruza.

     Al norte de Ojo de Agua (Córdoba) está la pintoresca y apacible Villa Tulumba, orgullosa de su antigua iglesia de la Virgen del Rosario (1680), hoy santuario. Su templo, construido en estilo románico, es llamado con justicia la Catedral del Norte de Córdoba. El tabernáculo del Altar Mayor de la época colonial es una de las obras en talla más notables en su género. Es obra de los jesuitas de las misiones guaraníes. Se encontraba en la Iglesia de la Compañía de Jesús, en la ciudad de Córdoba, y pasó luego a la Catedral de Córdoba. En 1803 el Obispo Mariano Moscoso, realiza una colecta de plata para construir con ese metal, un altar para la Iglesia Catedral. Como Tulumba fue el que mayor contribución hizo, le fue donado ese tabernáculo. En esta villa nació el granadero de San Martín, José Márquez, quien intervino en el combate de San Lorenzo. Por Tulumba pasó la expedición de Don Jerónimo Luis de Cabrera en 1573, y atravesando el departamento pasaba el Camino Real de Buenos Aires al Alto Perú.

     Otra posta cercana a Tulumba fue la de Intiguasi. El general Gregorio Aráoz de Lamadrid, en sus Memorias, relata la noche que pasó allí, cuando, junto al general Juan Lavalle se dirigían al norte acosados por las fuerzas de la Confederación al mando del general Manuel Oribe, y que sería el viaje definitivo de Lavalle, ya que fue muerto por una partida federal en la ciudad de Jujuy.

     En la actualidad allí se unen las rutas que ligan Deán Funes, Tulumba y San Pedro Norte. Al este de Villa Tulumba está Chipitín, merced que actualmente se conoce como San José de la Dormida, y más al sur Simbolar y Las Peñas.

     Por las postas de Intiguasi, Santa Cruz y San Pedro transitó el Ejército del Norte en su gloriosa Campaña al Alto Perú.

     Al noroeste de Tulumba se encuentra la Villa de San Pedro Norte donde en 1840 se detuvieron los generales Lavalle y Lamadrid camino a las provincias porteñas. La fecha oficial de fundación fue el 20 de diciembre de 1864 con el nombre de San Pedro de Tulumba. En 1930 se inaugura el nuevo templo. La capilla vieja que se encuentra a quince (15) kilómetros de la Villa data del siglo XVI. El santo patrono, el San Pedrito, como lo llaman, se halla en la Capilla Vieja, en la Estancia San Pedro. En Semana Santa y en las Fiestas Patronales, en febrero, sacan al Santo y lo llevan en procesión. La imagen del Santo, construida en yeso, muestra que está sentado en una silla de madera con ropaje blanco y bastón papal. Cuenta la tradición que originariamente el asiento de la silla de San Pedro se construía con trenzas de cuero de vaca o yeguarizo. En el actual río de San Pedro se construyó un embalse.

     Al noreste de San Pedro se encuentra Caminiaga, en las bellas serranías del cordón de Ambargasta, donde la tierra adquiere tonalidades rojizas. Uno de los parajes más importantes sobre el antiguo Camino Real al Alto Perú. Se conservan aún las ruinas de lo que fue el casco principal de la estancia, a pocos metros de la actual plaza, hacia el oeste, y que se conoce como "la sala antigua". La Patrona de Caminiaga es la Virgen de la Candelaria en cuyo honor se construyó una antiquísima capilla (ya existía mucho antes de 1716) que a fines del siglo pasado fue reconstruida. La estirpe de este pueblo pertenece a los descendientes directos de los fundadores de Córdoba; aún conserva su estilo colonial, con una edificación baja no muy compacta, con construcciones de adobe de gran espesor. Durante el mes de febrero, el día de la Candelaria, se realiza la tradicional procesión de la Virgen. El nombre de Caminiaga proviene de tribus de origen sanavirón denominadas Caminiaga.

Cerro Colorado, provincia de Córdoba.
     Si seguimos hacia el este, nos encontramos con el Cerro Colorado, el legado cultural más valioso de la expresión de arte indígena. También se puede arribar a él, por el este, accediendo a través de la ruta Nº 9 (Córdoba - Santiago del Estero), pasando primero por Santa Elena. Las pictografías del Cerro Colorado son famosas no sólo en la Argentina, sino en el mundo entero. Recientemente, la UNESCO -Organismo perteneciente a las Naciones Unidas- resolvió considerarlas como "patrimonio de la humanidad".

     Su ubicación geográfica corresponde a tres departamentos: a Tulumba le pertenece la región de Inti Huasi o Casa del Sol y el cerro Condorhuasi; a Río Seco, el cerro Colorado propiamente dicho; y al departamento Sobremonte, el cerro Veladero.

     Volviendo a la ruta Nº 9 por Santa Elena, si seguimos hacia el norte nos encontraremos con Rayo Cortado y Villa de María de Río Seco.

     Esta última  población fue elevada al rango de villa en 1796 a instancias del Marqués de Sobremonte. Antes de esa fecha  ya existía un pequeño pueblo con una plaza, una capilla y varias casas, que más bien parecía un fuerte, pues se habían construido troneras en los muros del templo y murallas para defensa de los  ataques de los indios abipones (1). Villa de María del Río Seco se fundó oficialmente por disposición del Gobernador Roque Ferreyra, el 25 de mayo de 1858.

     En la época de la Independencia, allí se concentraban las tropas para el Ejército del Norte. La tradición da cuenta que en una antigua capilla que cobijaba a la Virgen del Rosario, su imagen fue robada por un malón de indios. Los vecinos lograron rescatarla y desde esa fecha es conocida como "la Cautivita". Anualmente, en el mes de octubre se conmemora este suceso, con ropaje de gauchos y de indios que realizan un simulacro del suceso. En esta Villa nació el notable escritor Leopoldo Lugones. Su producción literaria fue prolífica; alcanza unos treinta y cinco (35) volúmenes.

     Volvemos a Caminiaga y de ahí hacia el norte hay un sitio, San Francisco Viejo, que si bien no fue posta, sus orígenes son de principios del siglo XVII; se encuentra a la vera del Camino Real. Allí encontró la muerte el caudillo entrerriano Francisco Ramírez. Surgió allí la leyenda de La Delfina, su compañera. Hace poco se erigió en el sector un monolito que recuerda la memoria del caudillo. Leopoldo Lugones escribió: "En la guerra federal y entre esos hombres impíos, perdió la vida Ramírez tirano del Entre Ríos. Le cortaron la cabeza que es lo que voy a contar, cerca del pueblo llamado San Francisco del Chañar... Así acabó el tal Ramírez, quién habría dicho a aquel hombre que lo esperaba ese fin en el pueblo de su nombre".

     A unos ocho (8) kilómetros antes de llegar a San Francisco del Chañar, se encuentra la Posta Las Piedritas. Allí fue tomado prisionero Liniers y parte de su comitiva, y el Gobernador Gutiérrez de la Concha, quienes  fueron luego fusilados en Cabeza de Tigre.

     A continuación y hacia el norte hubo una posta que se conoció con el nombre de El Chañar (funcionaría, por lo menos, desde 1618), que, a partir de 1855 se denominó oficialmente con el nombre de  Villa de San Francisco del Chañar. El árbol de verdor tan particular en su tallo y en sus ramas, de flores amarillas profusas, siempre prevaleció en los nombres que se le dieron a San Francisco del Chañar, de  tierra dura, pedregosa y lamida por el salitre. En 1796, el Virrey Sobremonte funda la Villa de San Francisco del Chañar. En 1855, el gobernador Alejo Carmen Guzmán ratifica el título.

     Por último estaba la Posta Pozo del Tigre, cerca del límite con Santiago del Estero, quince (15) kilómetros al norte de la anterior. Conserva sus antiguas construcciones casi en su estado original. En una de sus habitaciones, en el dintel de una de sus puertas, está grabada la fecha "Año del Señor - 1771", como así también añosos algarrobos que testimonian la antigüedad.

     Nuestro norte tiene que ser el estandarte que marche a la vanguardia de nuestra soberanía cultural, en estos tiempos en que la comunicación masiva de culturas foráneas amenazan hacernos olvidar nuestras tradiciones y nuestra fe.

Mary Pieroni
E-mail: marypieroni@hotmail.com

Mapa de la autora. Imagen del sitio web babiloniahostel.com
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Agregados de Redacción Faro
(1) Abipones 
Los abipones habrían tenido su hábitat en las riberas norteñas del Bermejo inferior; a comienzos del siglo XVIII, adoptaron el uso del caballo y se dedicaron a vivir de la depredación, atacando las estancias y ciudades de los españoles. En ese período los conoció Martín Dobrizhoffer, jesuita austríaco (1718-1791), que vivió entre ellos en 1750-1762 y en su obra De Abiponibus, publicada en 1784 en tres volúmenes, ofreció abundante información. Fuente: www.laeducacion.com


"Cabe agregar que no faltaron hechos de rebeldía en las reducciones por parte de algunos indígenas que huían, guiados por sus caciques, para volver a sus correrías y depredaciones". Fuente: historiaypastoral.blogspot.com


"Los abipones fueron una etnia amerindia, del conjunto pámpido y de la familia lingüística de los guaycurúes, estrechamente emparentados con tobas, mocovíes, pilagás, payaguás y mbayás. También fueron conocidos (del mismo modo que los tobas) como los frentones debido a la manera de rasurarse el cabello hasta la mitad de la cabeza. Su lengua formó parte de la familia lingüística mataco-guaycurú, guardando una mayor cercanía con el mocoví. Habitaban el Gran Chaco, en especial el territorio en la ribera septentrional del río Bermejo hasta el arroyo Malabrigo por el Sur. Eran bravos guerreros, que adoptaron rápidamente el caballo traído por los conquistadores y resistieron la ocupación del Chaco durante siglos". Fuente: es.wikipedia.org


Otra fuente para consultar: scielo.org.ar