domingo, 4 de septiembre de 2011

De qué estamos hablando?

Hablemos del dequeísmo o vicio “de que”, que es la viciosa costumbre de anteponer la preposición “de” al pronombre relativo “que” cuando no corresponde. Ejemplos:

"Pienso de que le va mal".
"Le dije de que viniera".
"Me parece de que se fue".

Lo correcto es decir:
  • Pienso que le va mal. 
  • Le dije que viniera. 
  • Me parece que se fue. 

Pero a veces se omite la preposición, cuando debería escribirse. Está mal decir:
"Me alegro que te haya ido bien".
"Me di cuenta que no tenías razón".
"Quedamos que pasaría a buscarte".

Porque lo correcto es:
  • Me alegro de que te haya ido bien. 
  • Me di cuenta de que tenías razón. 
  • Quedamos en que pasaría a buscarte. 

Hay  una manera muy simple de reconocer cuándo se debe colocar preposición y cuando debe omitírsela. Se trata de hacer una pregunta al verbo:
“Pienso… (¿qué pienso?): que le va mal”.
“Le dije… (¿qué le dije): que viniera”.
“Me parece… (¿qué me parece?): que se fue”.
No podemos preguntar: “de qué pienso?; ¿ de qué le dije?; “de qué me parece”.

     Por lo tanto, si no admite la preposición a la pregunta, tampoco lo admite en la respuesta. En cambio, en los otros ejemplos sí se admite la preposición a la pregunta:
“Me alegro…  (¿de qué me alegro?): de que te haya ido bien”.
“Me di cuenta… (¿de qué me di cuenta?): de que tenías razón".
“Quedamos…  (¿en qué quedamos?): en que pasaría a buscarte”.

     En estos casos no podríamos hacer las preguntas sin preposición, por lo tanto las expresiones lo exigen.



Mary Pieroni



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja aquí tu comentario o consulta. Gracias.